Respuesta de Marcelo Tinelli frente a la negativa de Sherlock Holmes

Consigna: sigue el intercambio de cartas: el personaje propio recibió la negativa a su propuesta, tiene que redoblar los esfuerzos para convencer al otro personaje. Para ello, deberá utilizar una analogía (es una doble comparación, A es a B como C es a D) y el recurso de un ejemplo histórico, además de contraargumentar lo que aparece en la carta de la negativa.

Querido Sherlock:

Para comenzar, y con el diario del lunes, qué bien hizo en no venirse para Argentina. Consíderelo como uno de sus miles de grandes aciertos. Si se establecía aquí iba a vivir, como me tocó en carne propia, la fatal Crisis del año 2001, una de las peores de la historia mundial. Así que, pese a que eso iba a hacer que estuviéramos cerca y que sumáramos anécdotas y seguramente grandísimos momentos, hizo muy bien, estimado. 

Sobre su respuesta... Déjeme decirle que estoy sorprendido. Tristemente sorprendido y desilusionado. Entiendo que esté ocupado y que tenga otras cuestiones de mayor relevancia por resolver. Sé con quién estoy hablando desde el momento en que me dirigí a usted para que pudiera ayudarme. Y acudo porque de veras la situación está sumamente difícil. Con el correr de los días, la desesperación, y al mismo tiempo el temor de que se trunque la transferencia, va creciendo en mí y en mis cercanos. A pesar de su primera respuesta, permítame agradecerle. Sigue siendo el mismo expeditivo de siempre, con la rapidez como una de sus mayores virtudes. Me alegra mucho que así sea. Mi intención no era molestarlo, en absoluto. Y muchísimo menos pecar de atrevido. Definitivamente, no. Le pido disculpas si así lo sintió, Sher.

En la primera carta le manifesté que el tiempo es oro, refiriéndome puntualmente a estos días que vengo atravesando. Ante su contestación, noto que usted también se encuentra en la misma situación. Un asesinato de un noble... ¡Qué terrible, por favor! No me extraña para nada que usted esté a cargo de tamaña investigación. Seguramente es un caso más de su vasta trayectoria, no tengo ninguna duda. Los casos de una complejidad suprema son los que más le gustan y en los que mejor se desenvuelve. Sí, aquellos que le demandan apelar al uso de la observación de manera extremadamente precisa. Aquellos que lo sacan de la zona de confort y lo exigen al máximo. Despliega su amplio repertorio de cualidades en territorios de investigación hostiles como lo hace Torrico, arquero ídolo de nuestra institución, en partidos trascendentales. Y yo, particularmente, admiro a ese tipo de gente.

No quiero seguir extendiéndome. Deseo con todo mi corazón que reconsidere su respuesta. Que entienda que, de verdad, el contexto se está tornando cada vez más negro. Pero no voy a apurarlo ni presionarlo. Tampoco voy a exigirle que yo pase a ser su prioridad. Simplemente necesito que revea su decisión. Intentaré rebuscármelas para enfriar toda esta porquería, para asesorarme con abogados y para que este chantaje no trascienda a la prensa. Si quiere y puede hacerse un hueco me gustaría que profundizaras en la posdata de su carta. Me desconcertó, me movió la estantería por completo. Ese gusano no puede salirse con la suya. Qué impotencia, por favor. Tengo acceso a un expediente de él y si usted me da el okay se lo estaría enviando en las próximas horas. Creo que puede sacarle mucho jugo, Sher.

Ah, me olvidaba... Quédese más que tranquilo por la cuestión de los honorarios. No es, ni por asomo, un obstáculo. Dígame cuánto necesita para comenzar y lo tendrá rápidamente depositado en su cuenta bancaria. 

Espero muy ansioso su respuesta. Ojalá pueda ayudarme. Hasta la próxima.

Marcelo Hugo.